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El Llamado Inmediato que Transforma



"Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió." Mateo 9:9


El pasaje de Mateo 9:9 nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del llamado de Jesús y la respuesta que espera de nosotros. Jesús, al pasar, observa a Mateo, un hombre sentado en su banco de tributos públicos. Mateo era un recaudador de impuestos, una figura a menudo "despreciada por el pueblo" y, aunque poseía una vida "cómoda, dinero, empleo y buena posición social", no era feliz. La Biblia nos recuerda que "tener no significa ser", es decir, la abundancia material no garantiza la felicidad verdadera.


La interacción entre Jesús y Mateo es un ejemplo claro de una "permanente invitación" divina, un tema visto desde el Jardín del Edén hasta el último libro de la Biblia. Jesús le ofrece a Mateo una simple pero profunda instrucción: "Sígueme". La respuesta de Mateo fue inmediata: "se levantó y le siguió sin vacilar". Esta decisión implicó "cambiar completamente el rumbo de su vida".


Este relato nos enseña que las oportunidades que Jesús presenta son "pasajeras" y "raramente vuelven". Cuando se nos extiende un llamado divino, no decidir es, de hecho, rechazar. Como Jesús mismo afirmó, "el que no es conmigo es contra mí". Seguir a Dios con firmeza implica una "fortaleza viva que transforma cada aspecto de tu vida", permitiendo que crezcan la fe, el amor y la esperanza, incluso en las pruebas más difíciles. El conocimiento profundo de Dios nos enseña a perseverar y a encontrar propósito en la adversidad.


La sabiduría práctica para la vida diaria, como la que se encuentra en el libro de Proverbios, comienza con "conocer a Dios". Su Palabra es "la palabra de Dios, escrita en papel para nosotros", revelando Sus designios y propósitos, y afectando nuestra conducta al comprenderla y aplicarla. Jesús tiene el poder de transformar, confrontando incluso "tradiciones humanas que impedían experimentar la gracia de Dios", como lo demostró al sanar al inválido en Betesda sin depender de las costumbres, sino del "poder de Su palabra". La obediencia a Sus principios nos lleva a cosechar bendiciones.


*Aplicación*


1. *Responde sin demora al llamado de Jesús:* Reconoce que el Señor "siempre pasa" y que las oportunidades de seguirle son temporales. No permitas que la postergación endurezca tu corazón, sino levántate y actúa con prontitud, confiando en que este camino te liberará de una vida sin sentido y vacía.

2. *Prioriza a Cristo sobre las comodidades mundanas:* Así como Mateo dejó una vida de "dinero, empleo y buena posición social" por el llamado de Jesús, evalúa qué aspectos de tu vida te impiden responder plenamente a Su invitación. Recuerda que la verdadera felicidad y un propósito duradero se encuentran al alinear tu vida con la voluntad de Dios, no en lo que el mundo ofrece.


**Reflexión**


1. ¿Qué comodidades en tu vida te impiden escuchar o responder con prontitud al "Sígueme" de Jesús?

2. ¿Hay alguna área en la que has postergado una decisión importante respecto a seguir a Dios, y cómo podría esto estar afectando tu crecimiento en la fe y tu paz interior?


La Oración De Hoy

Señor Jesús,

Te damos gracias porque, a pesar de nuestra condición, nos miras con amor y nos extiendes una invitación constante a seguirte. Como llamaste a Mateo en su banco de tributos, te pedimos que hoy, dondequiera que nos encontremos, Tu voz resuene en nuestro corazón. Ayúdanos a no aferrarnos a las comodidades o preocupaciones de este mundo, sino a tener la fe y la valentía de levantarnos y seguirte sin vacilación.


Sabemos que en Ti encontramos la verdadera sabiduría, el propósito que anhelamos y la fuerza que transforma cada aspecto de nuestra vida. Que Tu Espíritu Santo nos dé entendimiento para comprender Tu Palabra y la disposición para obedecer Tus preceptos. Que, al igual que Mateo, nuestra vida sea un testimonio de una respuesta inmediata y radical a Tu llamado, encontrando plenitud y paz solo en Ti. En el nombre De Jesucristo. 


Amén.

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