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Toda La Gloria Sea Para Dios

 Es un privilegio reflexionar sobre el poderoso versículo de Efesios 3:20, que nos recuerda la inmensidad de Dios y Su obra en nuestras vidas.  "Que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros." Este pasaje nos invita a una profunda contemplación de la naturaleza divina y nuestra relación con Él. La Gloria de Dios, Más Allá de Nuestra Comprensión La primera parte del versículo nos llama a que "toda la gloria sea para Dios" [Efesios 3:20 NTV]. La gloria de Dios no es algo que podamos añadir o quitar, pues es inherente a Su ser, la manifestación de todos Sus atributos. Incluso si nadie lo alabara, Él seguiría siendo el "Dios de la gloria". Los cielos proclaman Su gloria y toda la tierra está llena de ella, un testimonio silencioso de Su grandeza como Creador. El universo entero fue creado para glorificarle. Nuestra función, entonces, no es aumentar Su g...

No temas, eres escogido de Dios


"Así dice Jehová, tu Hacedor, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, ni tú, Jeshurún, a quien yo escogí." Isaías 44:2.


Este versículo de Isaías, lleno de consuelo y afirmación, nos recuerda la identidad profunda del creyente: somos hijos amados de Dios, formados por Él y sostenidos por su poder.  Es un mensaje de esperanza y aliento para aquellos que enfrentan pruebas y dificultades.  La promesa de Dios de ayuda y protección es una fuente inagotable de fortaleza y seguridad. 

" *tu Hacedor, y el que te formó desde el vientre* " estas palabras resaltan el origen divino de nuestra existencia.  No somos producto del azar o de la casualidad, sino que somos creados intencionalmente por Dios, concebidos y formados con un propósito.  Esta afirmación de nuestra creación intencional nos llena de valor y propósito.  No somos un accidente, sino parte del plan divino. 


" *ayudará* " no describe una intervención ocasional, sino un apoyo continuo y constante en el caminar de la vida.  Dios no está distante ni indiferente; está activo en nuestras vidas, guiándonos, protegiéndonos y fortaleciéndonos.  Su ayuda no se limita a las necesidades materiales, sino que abarca todas las áreas de nuestra vida, incluyendo nuestra vida espiritual, emocional y relacional.  


Los nombres " *Jacob* " y " *Jeshurún* " son nombres significativos en la historia de Israel. Jacob, representando la lucha y la perseverancia, y Jeshurún, un nombre de afecto que indica rectitud. Dios se dirige a su pueblo usando ambos nombres, enfatizando la complejidad de la relación y la promesa de su ayuda constante en las pruebas.  Es una muestra de un Dios que conoce nuestro pasado y nuestro presente, y que permanece fiel a sus promesas. 💪


 Aplicación


 ¿Cómo podemos aplicar esta enseñanza en la vida diaria?


1. Reconociendo nuestra identidad como hijos de Dios, amados y creados con propósito.  Esta consciencia debe guiar nuestras decisiones y acciones, impulsándonos a vivir vidas que honren a Dios. 

2. Cultivando una confianza absoluta en la ayuda divina.  Debemos aprender a confiar en Dios en medio de las dificultades, recordando que Él está siempre a nuestro lado, guiándonos y fortaleciéndonos. 

3. Compartiendo este mensaje de esperanza con otros.  Debemos ser instrumentos de su consuelo y aliento para aquellos que enfrentan situaciones difíciles, recordándoles que Dios es su Hacedor y su protector.


Esta palabra nos ofrece un mensaje poderoso de esperanza y seguridad.  Que la promesa de la ayuda de Dios nos fortalezca en la fe y nos impulse a vivir vidas dignas de su amor y su protección. 


 Oración


Padre Celestial, 


Te doy gracias por la promesa de tu ayuda constante, como se declara en Isaías. Reconozco que soy tu creación, formado por ti desde el vientre materno,  con un propósito único y especial.   Ayúdame a vivir con la consciencia plena de mi identidad como tu hijo amado,  guiando mis decisiones y acciones para reflejar tu gloria. 


Fortalece mi fe y mi confianza en tu cuidado providencial.  Concédeme la capacidad de confiar plenamente en ti,  incluso en medio de las dificultades y las pruebas.  Dame la valentía para enfrentar los desafíos con serenidad, sabiendo que tu ayuda me sostiene en cada paso. 

Inspírame a ser un instrumento de tu consuelo y aliento para otros, compartiendo el mensaje de esperanza que se encuentra en tu promesa de ayuda constante.  Ayúdame a ser una luz para aquellos que luchan con la desesperación y la incertidumbre, recordándoles tu amor y tu protección. 

Gracias por tu amor incondicional y tu apoyo inquebrantable.  En el nombre de Jesús, Amén. 

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